domingo, 30 de mayo de 2010

Esto no debia ser asi

Hace unos once años cogi las vacaciones más pronto de lo normal. Por ese tiempo mis tios tenían en el campo un bar, en mi tierra se les llama mostos, porque en esos locales, se suele vender el vino joven en invierno, acompañandolo de platos sencillos y no por eso, menos ricos. Se trataba de una antigua estancia destinada a las vacas, un buen negocio hasta que debido a la caida de los precios de la leche, se vieron obligados a abandonar. Adecuaron el local y era muy visitado por gente de toda la ciudad, en el mes de mayo venían buscando los caracoles (muy ricos preparados al poleo), y las cabrillas en salsa (unos caracoles de mayor tamaño, con una salsa a base de diversas verduras, vino y algún que otro picantillo), tambien el pescado, los chocos fritos y demás cocina casera, preparada por mi tia y mi madre. Un sitio acogedor con grandes terrazas en pleno campo, al que gustaba llegar recien duchaito y ya cayendo el sol para tomarse unas pocas cervezas, tan agusto al fresquito.
Una tarde de estas fué cuando conoci a la Vicky, una morenota de unos cuarenta años, con gestos, tez y grandes ojos negros de gitana, siempre con la sonrisa en la cara y saludando a sus conocidos, o no, de forma efusiva. Como se ha estilao desde que yo era chico y cada vez se ve menos, como si cada vez costara más trabajo, tiempo o dinero saludar y dedicar una sonrisa a alguien, cada vez mas siesos, así nos vá. La acompañaban sus dos vastagos, uno grandullón, gordito y sociable (mi antoñito), el otro muy chiquitín con una cara de travioso increible, unos ojos vivisimos, mu negrillo y siempre pegao a la mare (mi cristian), completaba la familia su marío, ese tio, bajito gordito con la cara brillante de limpia, el bigote tan arreglao y con la ropa como un jaspe, tan bien planchao, esos zapatos más brillantes que los leguis de un alferez (Antonio, conocido como el chuli de Jerez).
Estaba yo sentado con mi tía y se sentaron en la mesa, desde entonces, tras un ratito parecía que me había criado con ellos, esa simpatía imnata, esa forma de agradar sin esforzarse lo más minimo, esa familiaridad, en una palabra buena gente. Con el tiempo me demostraron que no estaba equivocado, jamás me fallaron y me demostraron ser buenos y serviciales. Como mis tios también se vieron obligados a quitar ese bar tan acojedor por la puta burbuja urbanistica y este edificar sin control que hemos padecido, perdí mucho el contacto con ellos. Pero cada vez que me los encontraba montabamos una fiesta, de la alegría que nos daba, siempre me decía ella, (killo que mujer más guapa tienes cojones, mira que es guapa) y con mi niña, loquitos tambien. Cuando en la tele local se dieron cuenta de su simpatía y desparpajo la hicieron tertuliana en un programa, su Antoñito fué al programa Tú si que vales, y al decirles que no valia por poco si no tienen que llamar hasta la poli cuando se enfado su mare, si por poco no araña al Sardá la joia jajajaja su Cristian ha salido varias veces, y con exito, en canal sur con Juan y medio cantando flamenco, le llaman el soponcito de Jerez.
Aunque nos vemos poco el cariño continua, por amigos comunes sabemos unos de otros. Hasta el otro día, lo que sabía era que ella estaba muy delicada, le habían informado de la necesidad de operarla y para ello la obligación de perder peso, pero el otro día recibi la peor de las noticias sobre ella, tardé muchisimo en entenderla, digerirla y asumirla. Cuando le faltaban aproximadamente dos semanas para operarla murió, no he preguntado ni como, ni donde. Lo único importante es que esa mujer ha muerto, que ya no la veré más, que ya no cuidará más de sus niños y su marío. Que se ha ido para no volver, esto no debería ser así.
Desde aqui querría darle todo el animo del mundo a sus hijos y su marido, dedicarle a ella, estas palabras que tanto trabajito me han costado reunir y que reciba un gran abrazo y dos besazos de su amigo Jose Antonio. Oleeee la Vicky
Colore, Floreeeee
negros ojos
agua fresca
risa amplia
raices vivas
alegría eterna

4 comentarios:

Luisa Arellano dijo...

Sé que la Vicky, desde la eternidad, estará con una sonrisa de oreja a oreja disfrutando de este homenaje que le dedicas desde lo más profundo del corazón.

La buena gente no debería irse nunca ¿verdad? Alégrate por haberla conocido y tratado, porque como bien dices, cada vez cuesta más encontrar gente auténtica... buena gente.

Un beso y un abrazo muy fuertes.

E. Martí dijo...

En medio de la elegante prosa aparece ella, Vicki y sus ojos se apoderan de todas las posibles sílabas. Enhorabuena por este texto tan vivo.

chaconi dijo...

Gracias por vuestros comentarios. Tenía que dedicarle algo y ahí está, aunque ella se mereciera mucho más.

manolocaballero dijo...

Chaconi, muy sentido y emotivo tu artículo. No hay ninguna explicación de por qué alguna gente se va de esa manera y otras nos quedamos. A mí me gusta pensar que la gente querida que se va lo ha dado todo y lo más que puede hacer es seguir dando lo mejor de sí mismas, pero la gente que aún estamos aquí tenemos que seguir esforzándonos por hacerlo aún mejor. Los que se han ido son nuestra inspiración. Y de esa manera, parece que no acaban de irse, todavía se quedan con nosotros mientras pensamos en ellos. No sé explicarlo de otra manera.