miércoles, 14 de abril de 2010

Cosas que pasan

Me encanta hablar, una charla agradable en el banco de una plazoleta es mi delirio, con algún interlocutor claro, sino ya sería sintoma inequivoco de que la cosa está muy pero que muy mal. Me he criado en un barrio donde la mayoría nos conociamos y existia un nexo invisible, pero muy fuerte entre todos, actualmente al estar en otro lugar, que aunque cercano es muy distinto, echo mi barrio y mi gente de menos.
Ese barrio es la Granja, estoy compartiendo cositas con muchos conocidos de hace bastantes años a traves de facebook, y muchas veces incluso llego a emocionarme. Definitivamente internet es una positiva herramienta si sabes utilizarla y agradezco a los creadores de estos grupos, el detalle tan positivo que han tenido. Saludos a tod@s.
Tenía ganas de hablar de un hombre que he conocido en Algeciras y sin contar a algún compañero de trabajo o vecino, es de quien más calorcito he recibido de toda mi estancía aqui. Se trata sin duda de una persona muy especial, de esas que hay pocas. El sitio habitual para verlo es una parada de autobus en el paseo del Puerto, de corpulencia pequeña, vestido y calzado sin tener en cuenta ninguna moda o tendencía. Casi siempre leyendo con unas gafas redondas que apenas dejan ver sus ojos claros, siempre deja una dulce sonrisa a nuestro paso. Eso ha hecho que, el viernes que vamos a Jerez y ese hombre no nos despide con esa dulce mirada toda la familia va con distinto animo. Quizas se trate de un tocaete, o de alguien que tan solo quema sus horas en esa parada viendo pasar la vida ante sus claros ojos ocultados tras esas lentes, lo que si tengo claro es que ese simple gesto, llega a hacerme feliz. Aprendamos de ese hombre y pongamonos más en la piel del otro cuando hacemos algo, todo será más facil y agradable.

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